Este blog hace un seguimiento de las enseñanzas transmitidas en un taller de meditación Vipassana que se está realizando en Gandia.

Horario: Martes, de 20 a 21,30 en calle Calderon de la Barca 17 de Gandia. Espai Cultural La Finestra. Información al 699041873 o escribiendo a marga.iglesias@gmail.com

jueves, 18 de marzo de 2010

Tercer agregado: la percepción

Percibimos a través de los seis sentidos: los cinco corporales y la mente, por eso, dentro de las percepciones se incluyen los pensamientos u opiniones. Pongo un ejemplo para explicar cómo funciona el proceso de percepción: observo un objeto de forma cuadrada o rectangular, enmarcado y pintado dentro un paisaje, que está colgado de la pared. Esta información visual es reconocida y, explorando dentro de mi memoria, denomino al objeto en cuestión “cuadro”. Es decir, se percibe por los sentidos y se procesa la información con ayuda de la memoria. Pero es imprescindible involucrar en este proceso a la conciencia, pues de otra manera podemos caer en percepciones erróneas. Esto es debido a que al percibir algo solemos distorsionarlo, lo que nos produce doloro Es muy útil observar profundamente la naturaleza de nuestras percepciones, sin estar demasiados seguros de nada. Las percepciones son muy importantes para nuestro bienestar.

Voy a poner dos ejemplos de percepciones erróneas:

1. Estoy trabajando en mi oficina y entra un cliente habitual. Me parece que trae cara malhumorada y no me saluda, lo cual no es normal porque este cliente es muy afable. Las conclusiones que saco son:

-esta persona tiene un mal día. Me imagino cosas malas que le pueden estar pasando.

-me hace sentir mal que no me salude y que me ignore. Me siento menospreciada y también puedo sentir rechazo hacia él.

-¿le habré hecho algo a esa persona? Empiezo a pensar qué le pude haber hecho sin darme cuenta.

2. Salgo a buscar setas. Encuentro un ejemplar que me recuerda mucho al Boletus Edulis, una seta cuyo sabor me encanta. Con una mirada rápida veo que tiene tubos bajo la superficie del sombrero y un pie ancho y con esas percepciones decido comerla sin mayores comprobaciones.

Constantemente estamos teniendo percepciones y la manera de saber si son correctas o no, es decir, de introducir conciencia en ellas es tan fácil como preguntarse:

¿ESTOY SEGURO/A?

Esa pregunta, por lo de pronto, nos desapega de la percepción, y recordemos que el problema de cada uno de nuestros cinco agregados es que nos apegamos a ellos y pensamos que son nuestra esencia. Por lo tanto, introducir esta pregunta tiene un efecto positivo inmediato, ya que pone un espacio entre este agregado y nosotros.

También hemos de tener en cuenta que nuestras percepciones están condicionadas por las numerosas aflicciones que están presentes en nosotros; ignorancia, deseo, ira, celos, miedo, la energía de los hábitos...Además, cometemos la grave equivocación de percibir los fenómenos ignorando su naturaleza impermanente y su interrelación con otros procesos.

Volviendo a los ejemplos anteriores de percepciones erróneas, para cerciorarnos de ellas, puedo:

Ejemplo 1: Primero me pregunto ¿estoy segura? De esta manera puedo considerar que tal vez la persona que ha entrado ha saludado en voz baja y simplemente yo no lo he oído. También que posiblemente esté resolviendo una cuestión importante y por eso trae cara seria y se olvidó de saludar. Quizás hoy yo estoy con más ganas de hablar y me he fijado en este detalle, que otras veces no observo, y quizás en otras ocasiones sea yo la que no salude, sin darme cuenta, absorta en mis problemas. Es posible que sea una combinación de motivos (todo está relacionado). Finalmente, yteniendo en cuenta que nada es permanente, he de aceptar que ese cliente tenga fluctuaciones ocasionales en su trato conmigo, igual que yo las tengo él. Si quiero despejar toda duda, directamente le pregunto al cliente si le sucede algo. Considerando de esta manera las situaciones, obtengo una conclusión clara y una correcta percepción de ellas, y consecuentemente me siento en armonía y evito sufrimientos innecesarios.

Ejemplo 2: En vez de comer la seta inmediatamente, la llevo a casa y cotejo el ejemplar con los dibujos de mis libros de micología, estando atenta a las características distintivas, oliendo la seta (lo cual en muchas especies aporta mucha información), preguntando a un experto,... He de tener en cuenta la situación en conjunto, lo cual me lleva a considerar que si ha llovido recientemente el color del sombrero puede haber cambiado e inducir a error, o fijarme si la edad del ejemplar puede influir en la clasificación,... Si tomo en consideración estas circunstancias, es muy posible evitar una confusión de este ejemplar con, por ejemplo, un Boletus Satanasa, con las consecuencias funestas que ello me reportaría.


Es decir, la aplicación de la conciencia ha eliminado o minimizado mis percepciones erróneas y su consecuente sufrimiento, mental en el primer caso, físico en el segundo.

Debemos estar siempre atentos y no refugiarnos jamás en nuestras percepciones. El Sutra del Diamante nos recuerda "Donde quiera que hay percepción, hay engaño". Esta frase nos trae a la memoria el dicho occidental de “¡ojo!, que la vista engaña”. Deberíamos poder sustituir las percepciones por la verdadera visión, el verdadero conocimiento.

Es muy útil observar profundamente la naturaleza de nuestras percepciones, sin estar demasiado seguros de nada. Cuando estamos demasiado seguros, sufrimos. “¿Estoy seguro?” es muy buena pregunta. Si nos preguntamos esto, tendremos una buena probabilidad de mirar nuevamente y ver si nuestra percepción es o no incorrecta. Quien percibe y lo que se percibe son inseparables. Cuando se percibe mal, las cosas percibidas son también incorrectas.

Finalmente, tenemos que evitar dejarnos influir por las opiniones de los demás sobre nosotros, pues como hemos visto, es muy posible que sean erróneas.

Además, hemos de revisar nuestras percepciones y opiniones sobre nosotros mismos, utilizando la conciencia. Hemos de actualizarlas de tanto en tanto pues, como seres impermanentes que somos, cambiamos constantemente durante nuestra vida y muchas veces nos quedamos con una opinión de nosotros mismos que ya está desfasada. Si revisamos nuestras percepciones sobre nuestra persona, ¿quien sabe?, ¡Quizás nos sorprendamos!

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